NO TAN MAL PA' SER DEL PÁIS...
Autocomplacencia:
Satisfacción por los propios actos o por la
propia condición o manera de ser.
(Odio decir se los dije.- Hace
muchos meses en este mismo hospitalario espacio, comenté mi
conocimiento de segunda mano de la masacre de Tanhuato, en donde la
Comisión Nacional de Seguridad no encontró quien se la hizo pero sí
quien se la pagara, y en donde no alcanzaron a terminar el montaje,
no les ajustaron las armas, ni terminaron de acomodar los cadáveres.
Dio cuenta Carlos Loret de Mola y ahora la CNDH, tarde pero segura,
formula una recomendación que en otro país provocaría una crisis.)
Ha terminado la zozobra, pasó la
angustia, se salvó el honor: un país latino (como decían los
gringos, aprendieron a decir los pochos, y ya decimos todos los
latinos) demostró al mundo mundial que no hace falta tener tantos
dólares o euros, o tener a Walt Disney, o a los grandes productores
de las Vegas, sino que con ingenio, creatividad, entusiasmo y
“tumbao” se puede presentar un gran espectáculo que con el
colorido, sentimiento y sabor peculiar de Brasil, no desmereció para
nada de otras inauguraciones y clausuras de juegos olímpicos, aunque
si me apuran, me quedo con Barcelona, con la flecha flamígera
encendiendo el pebetero, con la jaca cruzando el estadio, con
Caballé, Domingo y Kraus: “una garrafa en tu casa, chiquilla,
quisiera ser, para besarte en los labios cuando vayas a beber”, en
gustos y colores no se disputa decían los clásicos. ¿Y Dilma? ¿Y
los 12 millones que viven en favelas? ¿Y el proceso a Lula da Silva?
¿Y qué con que en los últimos 90 años sólo 5 presidentes han
terminado su mandato constitucional? Lo relevante es que Brasil
venció a Alemania y la medalla de oro del futbol se quedó en
América.
Y México, ¡bueno!, México estuvo
a la altura, con el corazón por delante, con el sentimiento patrio
inflamando los corazones de los competidores que llevaban la insignia
tricolor por blasón, la decisión por arma, la nación por estímulo,
y la convicción de entregar, como lo hicieron hasta la última gota
de sangre, de esforzarse hasta el límite del sacrificio, de luchar
sin tregua hasta el final, de inmolarse en el altar del deporte con
la representación de la patria, de los millones de mexicanos que los
impulsamos desde aquí y de unos miles de privilegiados que pudieron
estar allá, incluyendo a la novia del señor Alfredo Castillo. Y,
¡bueno!, el deporte es (lo decía un amigo), como la lucha de
clases: a veces se gana a veces se pierde. Aunque si de hacer cuentas
se trata, las veces que hemos perdido, han sido miles mas que las
veces que hemos ganado. Mas producto del azar o del esfuerzo
individual que de un trabajo organizado, concertado y dirigido, que
permita promover el deporte y crear deportistas, no porque sea
fundamental ganar medallas sino porque es fundamental fomentar los
valores que los deportes provocan.
A uno y ese uno soy yo, pero estoy
seguro que habrá otros, me hierve el buche de escuchar las
explicaciones zafias y estultas que ha apuntado el titular de la
Comisión Nacional de Cultura y Deporte, que en su curriculum lo mas
destacado y desde luego basta y sobra, es ser amigo del Presidente de
la República, que, por cierto “fusilar” una tesis profesional no
es “plagio” sino una cuestión de “estilo”, aunque no falta
quien piense que es muy feo estilo plagiar, y por otra parte es una
práctica tan generalizada entre los estudiantes universitarios, que
muchas universidades optaron por seguir la práctica de Alonso
Quijano, el Bueno, que preparando sus armas para dar inicio a sus
invencibles hechos, y careciendo de celada la fabricó de cartón, la
puso a prueba con dos golpes de espada que la destruyeron, la rehizo
y esta vez “quedó satisfecho de su fortaleza y, sin querer hacer
nueva experiencia de ella, la diputó y tuvo por celada finísima de
encaje”, y a su imagen y semejanza no ponen a prueba sus egresados
y los diputan por buenos, sin someterlos al penoso y engorroso
trámite de comprobar sus conocimientos y criterio.
El titular de la CONADE ya explicó
someramente y sin duda, ya de regreso y confortado por su novia,
explicará abundantemente los “satisfactorios” resultados del
deporte nacional, que, ¡¿Qué esperaban?! Se encuentran en el
promedio que ha tenido en sus apariciones en las Olimpíadas. En
arquería perdimos por cuatro centímetros, en clavados por la mala
voluntad plasmada en un “complo” de los árbitros contra México
por la deuda de 5 millones a la Federación Internacional de
Natación, por la cancelación del torneo selectivo de Guadalajara,
en otros deporte porque los federativos son corruptos, en otros mas
por la accion de una o varias “mae de santo” en la “macumba”,
el “candomblé”, la “umbanda” y la “quimbanda”, y porque,
hay que reconocerlo los orishas resultaron mas potentes que la
morenita del Tepeyac. Los mexicanos solemos tener mala memoria, nunca
ganaríamos una medalla en ello, y por lo mismo olvidamos lo bueno
que es el señor Alfredo Castillo para dar explicaciones que si no
provinieran de él, podrían ser cuestionadas, pero ¿Quién duda de
la explicación que se dio al caso Paulette, aquella menor
desaparecida que apareció varios días después a los pies de su
cama? Pues el señor Castillo era Procurador de Justicia en el estado
de México; ¿Quién duda de la explicación que se dio a las muertes
en el municipio de Apatzingán, y a otras muchas en el estado de
Michoacán?, ¿Alquien podría cuestionar la atildada manera con la
que se manejó la cuestión de las autodefensas en aquella entidad?,
¿Alguien dudaría de como se “empoderó”(así se dice ahora) el
Cartel Jalisco Nueva Generación?, y la trivia, amable y paciente
lector es: ¿Cómo se llamaba el Comisionado para la Seguridad y el
Desarrollo Integral del estado de Michoacán?.
¡Basta de complacencias y
conformismos! La participación de la delegación mexicana en los
Juegos Olímpicos de Río fue un estrepitoso fracaso, pero además
absolutamente previsible. Nuestros participantes no tenían marcas
que fueran competitivas para una olimpíada. ¿Entonces? ¿Qué
sentido tenía participar con una delegación mas o menos numerosa a
sabiendas de que no tendríamos posibilidades reales de una actuación
decorosa?. El trabajo debe empezar por los pequeños, por las
escuelas, por los clubes, por las asociaciones, por incentivar la
participación y patrocinar las iniciativas, con un esfuerzo
sostenido, que, al cabo de algunos años podrá empezar a rendir
frutos. En los últimos años en Aguascalientes se ha hecho un
trabajo muy importante en la promoción del deporte, de continuarse
podremos tener esperanzas.
(Ite missa est..- En México,
digo en Jalisco, la delincuencia organizada se basta sola para raptar
y desraptar, ante la complacencia de la “autoridá. ¡Qué nos
proteja San Jesús Malverde!.)
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