LO DEL AGUA AL AGUA
Cave Canem.- No, Mr. President Obama, no se equivoque ni pretenda equivocarnos, EE.UU. no ha sido ni amigo ni buen vecino, solo somos socios forzados en que ustedes se han llevado la tajada del león.
Siendo
el Dr. Alfonso Pérez Romo, hombre renacentista del siglo XXI, rector
de la Universidad Autónoma de Aguascalientes a finales de los 70’s
se realizó un programa de intercambio académico con universidades
españolas, entre otra la Universidad Politécnica de Madrid, de
donde vino el entonces joven Doctor Hidrogeólogo italiano Roberto
Spandre Guelfi con su esposa Begoña, su estadía se prolongó por un
año en el que sucedieron cosas extraordinarias, nació su hija Paola
y realizó un completísimo estudio sobre el agua en y de
Aguascalientes. Partiendo de un diagnóstico de la situación en una
ciudad que ni con mucho tenía las demandas actuales pero en las que
ya se acusaban los graves problemas que ahora nos ahogan (ahogarnos
en un vaso de agua porque no hay mas). Apuntaba la urgencia de
algunas medidas que pudieran a futuro paliar la escasez y algunas
determinaciones dolorosas que de no tomarse, como de hecho no se
tomaron, agudizarían la crisis que vivimos y de la que parece que
sólo algunos cuantos han tomado conciencia para buscar un remedio o
un paliativo. Por cierto cuando fue Presidente Municipal el
licenciado Francisco Ramírez Martínez se propuso atacar al problema
y se enfrentó con una disyuntiva terrible pero de fácil solución.
Con los recursos entonces exiguos del Ayuntamiento si pretendía
resolver la cuestión del agua no tendría remanentes para los otros
servicios que debía prestar. En su tiempo quizás otros presidentes
municipales se encontraron con la misma disyuntiva y el problema del
agua se ha ido difiriendo hasta que se nos presente la gran crisis,
que quizás no esté lejos.
Lamentablemente,
como suele suceder en nuestro México, al grito de “el de atrás
paga”, los gobiernos estatales y municipales han diferido la
cuestión con la esperanza de librar su período y que al que venga
le truene el cohete. Roberto Spandre regresó a España y luego a
Italia a profesar en la Universidad de Pisa, en la bellísima ciudad
de la Toscana, que tiene para el visitante, aún para el que se porte
mal, un anticipo del cielo: la maravillosa “Plaza del Milagro”.
En su universidad el profesor Spandre fue Director del Departamento
de Ciencias de la Tierra y formó parte junto con otros destacados
maestros europeos de diversas universidades, entre otras, la de
París, la de Maguncia, seguramente la Politécnica de España y la
propia de Pisa, un equipo de trabajo auspiciado por la entonces
Comunidad Económica Europea en un programa para ayuda de las
naciones en vías de desarrollo denominado “Alpha” y que tenía
como una de sus áreas de interés la del agua para entidades
urbanas. Europa pagaba los sueldos y las naciones recipendarias solo
el transporte y estancia. Así realizaron trabajos de planeación y
regeneración de los servicios de agua en países tan distantes como
el Líbano, Argentina y Cuba. El profesor Spandre mantenía y
mantiene un afecto especial por Aguascalientes, tanto por su estancia
como por su hija Paola, y me planteó la posibilidad de que
auspiciado por la CEE pudiera crearse en nuestra ciudad un centro de
preparación de especialistas en el agua para las urbes con todas sus
implicaciones, que, obviamente tenía como finalidad mediata dar una
solución al problema mas grave de la nuestra. Sólo nos costaría el
traslado y la estancia. El tema lo planteé infructuosamente a tres
gobiernos estatales y al doble de municipales sin que hubiera el
interés para apoyarlo. Entre las múltiples ventajas de crear un
centro especializado con el apoyo de Europa, estaba la de que sus
estudios y propuestas serían de carácter eminentemente técnico,
con el respaldo de prestigiosas universidades, y se dejaría de lado
el estigma de la “politización” que de un tiempo a esta parte
contamina cualquier propuesta en nuestro estado y aún en nuestro
país.
Ahora,
alrededor de 35 años después de la estancia del profesor Spandre,
la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Aguascalientes, se ha
propuesto editar una serie de monografías dedicadas a los derechos
fundamentales, iniciando con una compilación de estudios sobre el
agua como derecho humano, que reúne desde una visión retrospectiva
de Roberto Spandre Guelfi hasta la visión actual del gerente de la
concesionaria de Aguascalientes, Alessandro Reginato,
coincidentemente italiano y egresado de la universidad de Pisa,
pasando por los estudios imprescindibles de Saúl Alejandro Flores y
la propuesta de Aguascalientes Gran Visión, entre otros.
Recientemente la constitución federal experimentó entre los mas de
600 cambios que ha tenido en el transcurso de sus casi 100 años de
vida, uno referente al agua que cambia diametralmente la naturaleza
jurídica del servicio. Ahora establece que: toda
persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua
para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre,
aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley
definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso
equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la
participación de la Federación, las entidades federativas y los
municipios, así como la participación de la ciudadanía para la
consecución de dichos fines.
Mas aún los criterios de la Organización de las Naciones Unidas ha
establecido que el mínimo por persona que las autoridades deben
asegurar es la cantidad de 50 litros, algo así como tres cubetas
grandes.
La
publicación que en breve se presentará, tiene la pretensión de dar
un panorama actualizado de diferentes enfoques de un tema que ha
venido aquejando a nuestra ciudad desde siglos atrás, y que se ha
agudizado en la actualidad. Será una aportación de la CEDHA en una
de sus múltiples áreas de acción para el conocimiento, promoción
y protección de los derechos fundamentales, conocidos universalmente
como Derechos Humanos.
Hasta Atrás…-
Decía José Enrique Rodó refiriéndose a los güeros del Norte: los
admiro pero no los quiero. Pero este modesto y orgulloso escribidor
dice de Donald Trump: ni lo admiro ni lo quiero, no me da miedo pero
si temor.
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