DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER
“Mujer
ni sumisa ni devota, te quiero libre, linda y loca” cartel en una
manifestación feminista.
Mi
maestro Don Luis Recasens Siches, nacido circunstancialmente en
Guatemala, de padres españoles, catalán de cepa, transterrado a
México luego de un interludio en Francia, discípulo de Ortega y
Gasset, compañero de Zubiri y García Morente splía decir en clase,
donde denotaba una marcada preferencia por las damas que iba muy bien
con su linaje de caballero español: “Yo soy feminista, sin que eso
quiera decir que sea afeminado ni mujeriego”. Declaración que dudo
mucho que en la actualidad fuera bien recibida en un salón
universitario, porque sin duda, tiene un fuerte dejo homofóbico, y
un dudoso respeto a la mujer. Cierto que es un terreno minado,
portarse caballeroso, como a uno le enseñaron en casa, ceder el paso
y el asiento a las mujeres, abrir la puerta del coche, acercar la
silla en un restaurant, puede ser visto (me ha tocado el caso) como
actitud machista colocando a la mujer en un plano inferior, o peor
quizás, como un conducta de galanteo ofensiva para una mujer. Como
lo que bien se aprende jamás se olvida seguiré fiel a esas
chocheces aprendidas hace mas de medio siglo y ateniéndome a las
consecuencias.
No
cabe duda que nos toca una época de cambios acelerados, y no cabe
duda también que siempre y en toda lugar las generaciones de salida
como a la que pertenezco, hablan de cambios acelerados, de brecha
generacional, de la incomprensión de los jóvenes, de su
inexperiencia y pretendida suficiencia y, por supuesto, la falta de
apego a los valores, la falta de respeto a sus mayores y de su
desprecio por el conocimiento y el aprendizaje. Desde los textos
moralistas mas antiguos se mencionan a los jóvenes como inconformes
e irrespetuosos y los mas mayores pretendemos arrogarnos el
conocimiento de lo que mas les conviene, y desde luego lo que mas le
conviene a un joven es hacerle caso al viejo, ¿o no?. Bueno eso
decimos los viejos.
Muy
seguramente las preocupaciones de cada época son similares en cuanto
a las preguntas fundamentales ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Hacia
dónde voy? ¿Qué sé? ¿En qué creo? ¿Quién eres tú? ¿Qué
existe? ¿Qué puedo conocer?, pero un cambio fundamental es que las
jóvenes mujeres han asumido un papel protagónico en el mundo y
toman como nunca antes un rol activo que viene bien con una nueva
concepción del ser mujer y actuar en consecuencia. Tengo una
nietecita de poco mas de un año de edad y no espero ni deseo, como
hubiera pensado hace algunos años, en que se convierta en una
“mujercita”, sino que se desarrolle en plenitud como una Mujer.
El
próximo jueves 8 se celebrará el Día Internacional de la Mujer.
ONU
mujeres, el organismo de la Organización de las Naciones Unidas para
la promoción, respeto y dignidad de la mujer, se ha planteado como
lema y como programa “Por
un planeta 50-50 en 2030, Demos el paso por la igualdad de género”.
El horizonte parece muy corto para lograr la igualdad en el mundo, en
donde persisten regiones en que el atraso cultural y económico
parecen ser impedimentos infranqueables en doce años para obtener la
equiparación social de los géneros. Mas aún, la propia
equiparación jurídica constituye una aspiración compleja en
sociedades en donde desde la religión la mujer conserva una posición
de sometimiento y explotación. En 1918 celebramos cincuenta años de
la Revolución de Mayo, y en ella se proclamaba: “Seamos realistas,
pidamos lo imposible”. Hagámoslo por la mujer, ¡No! Hagámoslo
por el hombre, ¡No! Hagámoslo por la humanidad. Los compromisos de
México para lograrlo son, a lo mero macho, muy mexicanos. Vean si
no: México
se compromete a mejorar la coordinación de las medidas nacionales a
favor de la igualdad de género, y a ampliar las iniciativas sobre
salud reproductiva. Y, lo puedo apostar tronchado, que en 2030 el
gobierno mexicano estará anunciando que “se mejoró la
coordinación de las medidas nacionales a favor de la igualdad de
género y se ampliaron las iniciativas sobre salud reproductiva”.
Al tiempo.
La
ONU determinó que el tema para la celebración del Día
Internacional de la Mujer, este
8
de marzo de
1918,
sea
“Ahora
es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida
de las mujeres”.
El
próximo jueves la celebración se suma a un movimiento mundial que
no tiene precedentes. Los derechos, la igualdad y la justicia se han
convertido en top trending no solo en las redes sociales, sino
también en la agenda social, política y jurídica de muchos países
en los que, como nunca, se han hecho públicas denuncias del acoso
sexual, la violencia y la discriminación contra las mujeres, al
extremo de que
han acaparado los titulares y el discurso público, creando
una conciencia de la necesidad del cambio. Desde la denuncia de
actrices de Hollywood por el chantaje sexual de que han sido objeto,
hasta la de activistas que señalan como en países africanos se
sigue practicando la mutilación del clitoris como una práctica
culturalmente aceptada y asociada a una condición de la mujer como
objeto y no sujeto de las relaciones sexuales.
Las
acciones como protesta contra el acoso sexual y la violencia se han
manifestado en forma de marchas y campañas mundiales, incluido el
movimiento #MeToo en los Estados Unidos de América y sus similares
en otros países: #YoTambién en México, España y América Latina,
#QuellaVoltaChe en Italia, #BalanceTonPorc en Francia y #Ana_kaman en
los Estados Árabes; “Ni Una Menos”, una campaña contra el
feminicidio que surgió en Argentina; y otras tantas iniciativas,
han abordando cuestiones que van desde la igualdad salarial hasta la
representación política de las mujeres.
Nuevamente
el Día Internacional de la Mujer 2018 es una oportunidad para
transformar estas declaraciones, que muchas veces han quedado en
meros buenos deseos, en medidas para fortalecer a las mujeres de
todos los entornos, rurales y urbanos, y oportunidad también para
reconocer el trabajo que muchas personas activistas que trabajan sin
descanso, han venido realizando para reivindicar los derechos de las
mujeres y conseguir que estas desarrollen su pleno potencial y con
ellas la sociedad toda.
La
meta es 2030, por
un planeta 50-50 en el 2030.
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