CIELA FRAGUAS, así lo recuerdo.
Eres
como el Diablo Cojuelo, andas dando cuenta de todo lo que pasa en la
ciudad.
Así
me dijo Víctor Sandoval cuando presentó un libro de Jorge Luis
Rodríguez y mío.
Cave
canem.- El misterioso caso de los depósitos de basura desaparecidos.
De por sí la ciudad adolece de ellos y los contenedores gracias a
los pepenadores son mas bien esparcidores, y ahora resulta que
misteriosamente de la noche a la mañana desaparecieron de la calle
Nieto.
La
siempre atingente Carito Castro, compañera de la Corresponsalía del
Seminario de Cultura, recuerda a los corresponsales que hoy a media
mañana se reinagurará el “Centro de estudios literarios de
Aguascalientes Fraguas”, aunque la nota menciona sólo CIELA,
confío en que sea una omisión, un olvido, no una concesión a la
tentación del adanismo, (Paulino Garigorri dixit), aunque el mismo
concepto de reinauguración hace pensar que algo ha cambiado de lo
que originalmente imaginó Víctor Sandoval, cuyo donativo de varios
miles de libros fue el germen en torno al cual se forjó “CIELA
Fraguas”.
Ya
se sabe según los avances de la sicología que los recuerdos no son
como una fotografía, sino como una serie de láminas con alguna
transparencia que van conformando lo que uno cree que es su recuerdo,
pero no, la memoria a veces amiga suprime algunas láminas dolorosas,
compone otras, toma unas de allá y las coloca acá y otras, perdidas
irremediablemente, las rehace como mejor le parece dando acabado
coherente a lo que quizás no eran mas que una que otra imagen,
algunos atisbos del pasado, algunos esbozos de lo que fue y sin duda
también, de lo que no fue. ¿Qué se le va a hacer?. Federico
Nieztche escribió “Es posible vivir sin recordar, pero es
absolutamente imposible vivir sin olvidar” y escribió también “el
pensamiento llega cuando el quiere, no cuando uno quiere”.
No
se cuando concibió la idea Víctor Sandoval, probablemente en un
viaje a Colombia en donde conoció la
Casa
de Poesía Silva
ubicada
en el barrio la
Candelaria de Bogotá.
Fue fundada en
1986
por
Belisario
Betancur,
presidente
de la república. Es
la casa en la que habitó el poeta colombiano
José Asunción Silva,
declarada Monumento Nacional en 1995, es una fundación privada sin
ánimo de lucro con una biblioteca y una
fonoteca especializadas en poesía
un
auditorio y una librería,
cuyo objetivo es facilitar y propiciar el estudio, conocimiento y
goce de la poesía de todos los tiempos y países. El
caso es que cenando en su casa de la colonia Condesa en la ciudad de
México, la penúltima que habitó allá, entre wiskys y
tequilas (por prescripción médica ya no bebía tequila), platicó
que ya habían tomado la decisión (la señora Gelos y él) de
regresar a vivir a Aguascalientes, y que al hacer recuento de la
impedimenta con la que habían de cargar se encontraba con que no
tendría donde guardar tantos libros como había acumulado. Me
preguntó ¿Crees que al gobierno le interesará recibirlos en
donación?, yo creo que sí, le contesté, la próxima vez que vayas
a Aguascalientes se lo decimos al Gobernador, a la sazón Felipe
González González.
Poco
tiempo después vino Víctor, nos vimos como de costumbre “a beber
café” y de allí de lo que fuera el Fausto, le llamé a la señora
Coco, la atenta, sensible, eficiente, cordial y muchos etcéteras
mas, asistente del gobernador. -Permítame, deje ver si me contesta-
unos segundos de espera – que si por favor pueden venir ahorita,
tengo
instrucciones de hacerles un espacio en la agenda -.
Llegamos
a Palacio de Gobierno, a la oficina del Gobernador y nos pasaron
luego a una salita interior. Entró el Gobernador, saludó con mucho
respeto y reconocimiento a Víctor y yo introduje el tema. - Dice el
maestro Sandoval que tiene muchos libros, que no halla
que hacer con ellos, que si le consigues un lugar para tenerlos, a lo
mejor los dona y son como veinte mil -. - Me gusta el negocio –
dijo el Gobernador – y ¿Qué ha pensado Maestro?-. Víctor se
explayó dando rienda suelta a su entusiasmo e imaginación, lo que
me hizo recordar al también gobernador Profr. J. Refugio Esparza
Reyes que luego de una perorata victoriana en casa de Desiderio
Macías Silva le dijo: -¡Ah que Víctor! ¡Cómo se te ocurren
pendejadas!-. El gobernador González llamó al Secretario de
Gobierno Abelardo Reyes Sahagún y le dió instrucciones para llevar
adelante el proyecto del maestro, que implicaba localizar
la casa, comprarla, acondicionarla y amueblarla.
“Las
cosas de Palacio van despacio”, Víctor y yo recorrimos varias
casas, la que no era inadecuada era muy cara, o tenía algún
conflicto legal, o sencillamente no le gustaba al Maestro. Víctor,
se desesperó, él, que siempre fue hombre de resultados, de repentes
como diría Baltasar Gracián, le habló al entonces rector de la
Universidad Autónoma de Aguascalientes, Dr. Antonio Ávila Storer,
para proponerle la donación de los libros a la UAA. Para ajustar el
trato fuimos a comer. Yo metí la discordia, le dije al rector que
había el compromiso con el Gobernador y que yo consideraba prudente
primero hablar con el gobierno antes que aterrizar algo con la UAA. A
Víctor no le gustó, pero yo ya había hablado y seguí hablando, le
hablé al Gobernador González y le dije “vas a perder el cliente”
como buen comerciante Felipe nunca deja ir a un cliente, le apretó a
Abelardo y se negoció la compra de la casa que actualmente ocupa el
CIELA Fraguas.
Víctor
quería ponerle su nombre a la casa, en una charla con la arquitecta
Claudia Santana y conmigo le
convencimos de que era mas agradable, menos obvio, mas poético, que
llevara el nombre de un poema que aludiera a él, de allí que optó
por “Fraguas” que quizás sea su poema mas representativo.
Felipe
González no vió concluido
el proyecto de Fraguas, fue el gobernador Luis Armando Reynoso el que
firmó el convenio de comodato con el compromiso de donación (así
lo redacté) con
la Fundación Víctor Sandoval,
cuando se garantizara la permanencia del centro. Lo firmó el
gobernador Reynoso, (yo conservo el plumón con el que se firmó con
el nombre del gobernador en dorado), pero quien finalmente cumplió
con las formalidades (pago inclusive) fue el gobernador Juan José
León Rubio.
Enhorabuena
por la remozada que le han dado a Fraguas, y ojalá la
“reinaguración” solo sea un recurso estilístico y se retome el
propósito original del maestro Víctor Sandoval, que sea un centro
de estudio, difusión y creación literaria.
Ofrezco
disculpas, hay demasiados “yos” en esta croniquilla, pero así lo
recuerdo.
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