DIÁLOGO EN EL INFIERNO, TRUMP Y ?
“Creéis
quizá que la gente es desdichada, que se lamentará. ¡Ah!, si así
fuese, y no tendría perdón; sin embargo, cuando los resortes de la
violencia estén tensos al máximo, cuando agobie con la carga más
terrible el pecho de mi pueblo, entonces se dirá: No tenemos más
que lo que merecemos, sufrámoslo.” Diálogo
en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, Maurice Joly. Libro
Cuarto,
diálogo
vigésimo.
Charles Louis de Secondat,
Barón de Montesquieu, escribió su obra, un clásico del Derecho y
de la Teoría Política, “El Espíritu de las Leyes” publicado en
1747, en
donde a
partir del
sistema inglés, con una monarquía constitucional, un parlamento y
un sistema judicial que tiene una raigambre y una fuerza enclavada en
la tradición consuetudinaria, considera
que la división tripartita logra un equilibrio en el que cada una de
las fuerzas gubernativas desempeña su quehacer equilibrada por las
otras dos. Tomando
el modelo,
concluye que el gobierno debe dividirse en tres poderes: el
legislativo que se encarga de aprobar las leyes, el ejecutivo que
realiza las funciones administrativas y se encarga del cumplimiento
de las normas, y el judicial que
dirime las controversias que se susciten con motivo de la aplicación
de las leyes.
Por
supuesto para lograr el equilibrio que concebía el Barón, era
requisito sine qua non, que no se concentraran los poderes en las
mismas manos. Es una teoría en que con un mecanismo jurídico de
contrapesos, cada poder equilibra y contiene a los otros. Es posible
que Montesquieu haya pensado en que cada uno de los poderes
correspondería a tres estratos sociales tal como se presentaban en
su momento: la realeza, la aristocracia y el pueblo. Ha quien quiere
ver incluso al influencia de Newton y su ley de la gravitación
universal con todo y manzana. Y, ahora que lo pienso, las manzanas
han jugado un papel protagónico en la historia de la humanidad: la
manzana de Eva, la de las Hespérides, la de Guillermo Tell, la de
Isaac Newton, la de Guillermo
Bates, y, casi me olvidaba, la de Blanca Nieves.
Las
demás fuerzas sociales, factores reales de poder, entre las que
podríamos señalar grupos con fueros: nobleza, clero regular y
secular, comunidades, gremios, etc., fungirían también como
equilibradores de los poderes, impidiendo los excesos,
particularmente del monarca, quién estaría mas tentado a hacerlo
por tener la facultad de mando, y por, una creencia largamente
alimentada de que toda autoridad deviene de Dios. Es cierto que el
modelo inglés se transformó hasta el extremo de que la monarquía
juega un papel simbólico y de representación, sin tomar parte
activa en el gobierno de todos los días, que corresponde al primer
ministro, y que en Francia se consolidó un sistema, el
de la quinta república,
semi-presidencialista
o semi-parlamentario, con un presidente de la república, un jefe del
gobierno que es el primer ministro, un parlamento, y desde luego un
sistema judicial.
El
sistema judicial francés, heredado de la Revolución de 1789, se
apoya en un derecho escrito, convenciones y tratados internacionales,
el derecho comunitario europeo, la jurisprudencia y las costumbres.
Le sustentan principios fundamentales: el acceso al derecho para
todos; el acceso a la justicia para todos; la independencia y la
neutralidad del juez; el control de la aplicación del derecho por el
Tribunal de Casación; la gratuidad; la permanencia; la fijeza; la
publicidad de las decisiones de justicia; la motivación de las
decisiones; el derecho a un juicio justo; el recurso de apelación y
el doble grado de jurisdicción.
En
el prefacio
de Jean-Francois Revel al
“Diálogo
en el Infierno entre Maquiavelo (1469-1527) y Montesquieu
(1689-1755)” se
lee:
Maurice Joly, abogado ante los Tribunales de París, vivió una
existencia difícil y oscura. Típico rebelde (se fugó de cinco
colegios en su juventud), puso sus dotes brillantes al servicio de la
libertad y de sus antipatías. Opositor bajo todos los regímenes,
tuvo un sinnúmero de enemigos y algunos admiradores. Revelan sus
escritos que conocía tan bien el arte de encumbrarse (consagró a
tema un curioso líbelo) como el de gobernar (los Diálogos lo
atestiguan). Sin Embargo, empleó su saber con el solo objeto de
atacar a quienes aplicaban para su beneficio personal las técnicas
del éxito. Su palabra mordaz eligió sucesivamente como blanco a
Napoleón III, Víctor Hugo, Gambetta , Jules Grévy, en quienes
apenas hizo mella. Pobre, enfermo y acabado, el 17 de julio de 1887
se descerrajó una bala de revolver en la cabeza. El
Diálogo se publicó en Bruselas, sin nombre de autor,
introducido en Francia de contrabando, sin
gran esfuerzo la policía logró
incautar toda la edición y desenmascarar al autor. Maurice Joly fue
arrestado y
permaneció cerca de dos años en la cárcel. Una versión del libro,
en ruso, fue publicada en Moscú en 1920, con el nombre de “Los
Protocolos de los Sabios de Sión”, en el que pretendidamente se
desenmascaraba a los judíos de un complot mundial. Aclarado el
plagio la obra ha sido reeditada con el éxito que nunca alcanzó su
autor.
En
el Diálogo, Joly plantea en el Infierno, el que hubiera sido
imposible en el mundo, en
el que las tesis de conseguir y conservar el poder, el poder por el
poder mismo de Nicolás
Maquiavelo, se contraponen a la visión optimista republicana y en
cierto sentido al servicio de la democracia, del Barón. Paso a paso,
o mejor, palabra a palabra, Maquiavelo va diseccionando los
argumentos del francés, mostrándole que tarde o temprano, quien
controla la administración, que es quien controla también el
erario, las fuerzas del orden, el ejército y la mayor parte de la
burocracia, terminará teniendo el control del estado. Y, sin
embargo, por la propia conveniencia del Ejecutivo, es necesario que
la apariencia sea de que existe un control y que los otros dos
poderes, convenientemente cebados por las generosas dádivas de la
administración, seguirán
jugando su papel de coro. Como decía el caricaturista Abel Quezada:
“el chiste de la democracia en México, es que parezca, no que
sea”.
No
se sabe si Donald Trump haya leído a Maquiavelo, a Montesquieu o a
Joly, probablemente solo ha leído billetes, cheques, acciones,
pagarés y, desde luego cualquier texto que no pase de 140
caracteres, sin embargo ha demostrado una gran intuición para
ejercer el poder. La pregunta, sin duda es, ¿hasta dónde, hasta
cuándo, los controles que los padres conscriptos de los EE.UU.
idearon entrarán en acción? Y otra mas inquietante ¿Los controles
lograrán controlar a Trump?.
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