DEL FISCAL CAÍDO...

El lunes por la tarde envié un mensaje al Mtro. Oscar Fidel González Mendivil, primer Fiscal General del Estado de Aguascalientes, cargo enmarcado dentro de lo que se ha dado en llamar el Nuevo Sistema de Justicia Penal. Palabras mas, palabras menos, le decía que no había terminado de leer los diarios ni los resúmenes de noticias y que por ello no sabía si esta semana eramos cómplices o antagonistas. Los años (los míos, los que acumulo, estoy tentado a escribir los que atesoro) se han llevado mucho, pero me han dejado también un sueño tranquilo, un buen apetito y la certeza de que el juicio de los hombres siempre será relativo, que el verdadero juez insobornable es la conciencia y para los creyentes la seguridad de un juez justo, para algunos implacable, y para otros misericordioso.

Hace unos años el Sr. Cura Salvador Jiménez Díaz en una hermosa y sentida homilía en la misa de difuntos del Lic. Leoncio, su hermano, que no pude menos de recordar con la inopinada muerte de un querido colega, Víctor Manuel Jiménez Durán, platicaba de una religiosa que en artículo mortis en Mechoacanejo, Jalisco, solicitó la confesión y el sacerdote que le recibió la reconciliación le preguntó: -Hija ¿tienes miedo de morir? ¿tienes miedo del juicio final?- la monja con una fe envidiable y una esperanza conmovedora le contestó – No, porque quien me ha de juzgar es mi Padre-.

Ayer por la mañana, muy temprano, leí la noticia de que el Fiscal González Mendivil anunciaba que se había inscrito para contender en el proceso de designación de Fiscal General en el estado de Sinaloa (su estado natal), y por lo tanto con fecha 28 de los corrientes presentaría su renuncia, efectiva al día siguiente, al cargo de fiscal en Aguascalientes. Ni tardos ni perezosos los leñadores hicieron su aparición, señalando todas las partidas que desde su punto de vista se anotaban en la columna del “debe” pretendiendo reducir a leña la función y al funcionario. Hasta donde yo recuerdo, Luca Pacioli, el sabio monje que popularizó la partida doble, que ya se había anunciado con los griegos con la singrafe y la quirógrafe, estableció que para hacer un balance era indispensable considerar también lo que pueda o deba anotarse en la columna del “haber”.

No faltarán por supuesto quienes pretendan interpretar en un sentido o en otro mi afirmación. Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. Señalo simplemente que una función tan compleja, tan delicada, tan peligrosa, tan especializada como la de la fiscalía merece evaluarse con detenimiento, con objetividad, con serenidad, con conocimiento de causa, porque de ello debería depender el perfil de quien vaya a sustituir al Fiscal González Mendivil.

Cuando la Revolución se bajó del caballo, la pretensión anunciada y no lograda, fue transitar de un gobierno de caudillos hacia un gobierno de instituciones. El partido que lo pretendió se convirtió en la “dictadura perfecta” al decir de Mario Vargas Llosa. La alternancia luego de siete décadas de hegemonía tricolor, hizo concebir esperanzas, que en la realidad se han topado conque modificar estructuras sociales y síquicas, implican mas que un cambio de sigla, de colores o de divisas.

La “ratio legis” de dotar de autonomía a lo que era la Procuraduría General de Justicia, transformándola en Fiscalía General, partía del supuesto de que dejaría de ser una dependencia del ejecutivo y por lo tanto su actuación quedaría a salvo de las presiones que pudiera recibir de quien en el esquema anterior era su jefe. La renuncia del primer Fiscal de Aguascalientes plantea la oportunidad de evaluar la institución misma y el desempeño de quien estuvo al frente por los últimos meses. El reto me parece, es que se fortalezca la institución, que se asegure su función en beneficio de la ciudadanía, que los mecanismos de control internos tales como las contralorías y externos como la Auditoría Superior y el propio Congreso, aseguren una función transparente y, para garantía de los ciudadanos y de su titular, tenga realmente la autonomía y la autoridad moral y jurídica que su delicada tarea requiere.

Como abogado viejo he aprendido que la verdad legal no siempre corresponde con la verdad “verdad”, que la verdad histórica se maquilla y se adecua a las situaciones y condiciones políticas, que el inapelable juicio de la historia siempre es apelable, que la cosa juzgada es mucho mas que una cosa porque se implican valores y personas, que las motivaciones aparentes son sólo la punta del iceberg de las tensiones interiores que parafraseando a Manuel Gutiérrez Nájera “¿Quién vio jamás su tenebroso fondo?”, que en el juzgado dos abogados pueden parecer los mas acérrimos rivales defendiendo su posición, pero quien juzga es otro. La impartición de la justicia sin duda es una de las cuestiones mas sensibles en una sociedad, requiere de multitud de elementos, mecanismos, procesos, y la naturaleza humana hace que, frente al que busca que resplandezca la justicia, siempre habrá otro que pretende que no se actualice ese valor. O quizás sea mas sencillo, mi maestro Don Luis Recaséns Siches una vez en su clase de Sociología alzó un libro a la mitad del salón y preguntó al grupo que le quedaba a la derecha de que color era el libro: “blanco” respondieron a coro. Luego preguntó lo mismo al grupo a su izquierda: “naranja” contestamos. El maestro dio vuelta al libro y fue evidente que la portada era naranja y la contraportada blanca. “A veces -nos dijo con su leve seseo- para entender un objeto hay que darle vuelta o dar la vuelta nosotros”.

Con el Fiscal González Mendivil se puede hablar, conversar, disentir, discutir, argumentar. Su responsabilidad o responsabilidades la habrían de determinar órganos institucionales.

Para concluir un pequeño relato zen del maestro Lin Senshi: “Un hombre cavó un pozo de agua a la orilla de un camino y toda la gente alabó su acción, pues era de gran utilidad para los viajeros sedientos que por ahí pasaban. Tiempo después alguien se ahogó en el pozo y todo mundo censuró el trabajo de aquel hombre.” 

Comentarios

  1. Me pregunto si al momento en que escribía este artículo no tenía Usted algún asunto que atender en la Institución protectora de derechos que encabeza. Supongo que no tiene asuntos pendientes, ya que en su horario laboral, se toma el tiempo para emitir opiniones que en lo personal me resultan pobres y aburridas. Me queda claro que no se violan Derechos Humanos en todo el Estado, ya que Usted tiene el tiempo necesario para escribir artículos y hacerlos saber al pueblo de Aguascalientes. No tengo la menor dudas de sus prioridades, las cuales consisten en hacerle saber a sus lectores sus "conocimientos" y su opinión en relación a los sucesos que acontecen en el Estado y en el mundo, son mas importantes que la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Como abogado nuevo, veo que los viejos abogados son poco dedicados, por lo menos esa impresión me queda de Usted. Saludos.

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    1. Gracias por su opinión Adrián. Justamente opiniones como la suya justifican artículos como los míos. Saludos.

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