Para darle un mejor servicio...
“Gracias
por llamar al servicio telefónico de su banco amistoso, el Banco de
las ideas maternas, que no le dejará ni la menor morralla para
disponer de ella... el Banco Tupropioriesgo. Antes de continuar
adelante permítenos
darte a conocer nuestro aviso de privacidad. Oprime la tecla gato si
quieres saltar este aviso...”
Uno
crédulamente
oprime la tecla gato solo para escuchar “Antes de continuar
adelante permítenos darte a conocer nuestro aviso de privacidad.
Oprime la tecla gato si quieres saltar este aviso...” Uno
ingenuamente
oprime la tecla gato solo para escuchar nuevamente el mismo aviso. A
la quinta vez uno decide dejar correr la grabación con el consabido
galimatías que te dice que tus datos personales han ingresado a un
fichero electrónico que está a tu disposición para que puedas
verificarlo y modificarlo si así lo deseas, oprimiendo para ello la
tecla asterisco seguido de la tecla gato y el símbolo de la arroba.
Solo por curiosidad oprimes la tecla asterisco seguida de la tecla
gato y la tecla con el símbolo de la arroba con lo que logras que se
reinicie la grabación: “Gracias por llamar al servicio telefónico
de su banco amistoso...” Te resignas a escuchar toda la perorata
incluido el aviso de privacidad, porque finalmente el que tiene
hambre atiza la olla, y a ti te urge registrar en esta computadora el
servicio por internet, no es que sea nueva, que a Steve Job gracias,
perdón, quiero decir a Bill Gates gracias, había salido muy buena,
hasta que por obra y gracia de un ébola electrónico
de esos que vagan por la red para la perdición de las computadoras,
amén, infectó la tuya y ni espick, se perdieron las claves, se
salvaron algunos programas respaldados, pero todo lo relacionado con
servicios bancarios hay necesidad de volver a registrar. Finalmente
logras sortear el escollo del aviso de privacidad, lo que te deja
convencido de que, salvo de los espías telefónicos, de los hackers
informáticos, de las solicitudes fundadas de Hacienda, de los
requerimientos de las Procuradurías, de las órdenes de un juez, de
las necesidades bancarias para tu mejor servicio y de la boca del
Güero Peluquero, de todo lo demás estás a salvo, y nadie, salvo
los susodichos y las cadenas comerciales y de servicios que adquieren
por pingües cantidades tu información, nadie mas podrá acceder a
ella, especialmente tu, porque cuando intentas entrar a la página
para revisar tu información, la condenada computadora, o el maldito
programa te regresan al mensaje de inicio. Recuerdas que todo es para
darte un mejor servicio de manera que respiras hondo, recitas en voz
alta la oración del mínimo y dulce Francisco de Asís, aquella que
dice que se encuentra con un torvo animal, por aquello de los
banqueros, pero no, el subconsciente te traicionó, vuelves a
respirar hondo y retomas el mantra: “Señor hazme instrumento de tu
paz...”. Reinicias el procedimiento y te olvidas del aviso de
privacidad y de tus datos personales y dejas correr la grabación.
“Nuestro menú ha cambiado, escuche atentamente y elija la opción
deseada, le recordamos que en cualquier momento podrá regresar al
menú principal apretando la tecla asterisco seguida de la tecla que
representa el signo de mas, si desea escuchar nuevamente nuestro
aviso de privacidad oprima la tecla arroba seguida de cualquier otra,
de lo contrario escuche atentamente, para reportar el robo o extravío
de una tarjeta de crédito oprima la tecla uno, si tiene idea de
donde pudo extraviarla oprima la tecla 1 luego el punto y luego el 5,
si sospecha de alguien oprima la tecla “S”, si no tiene la menor
idea de donde pudo extraviarla, entonces oprima la tecla “N”,
seguida de la tecla “P” y luego la tecla “I”, para formar la
sigla “NPI”; si desea conocer las nuevas promociones que le
ofrece la tarjeta magna de su Banco Amistoso, entonce oprima la tecla
2; si sus requerimientos son de información general oprima la tecla
3; si desea conocer la amplia gama de servicios bancarios que le
ofrece su Banco Amistoso, oprima la tecla 4; si conoce nuestros
servicios pero desea ampliar la información acuda a nuestra sucursal
mas cercana en donde un ejecutivo de cuenta le atenderá
gustosamente; si sus necesidades son crediticias tendrá que oprimir
la tecla “J” seguida de la tecla “A” y repetir la operación
tres veces para formar la sigla “JA JA JA”, si desea conocer o
contratar un seguro de vida, marque la tecla 5; si desea contratar un
seguro de asistencia en carretera marque la tecla 6; si sus
necesidades son de un seguro de atención médica integral marque la
tecla 7; si desea obtener la información de las conexiones
internacionales de nuestros servicios, marque la tecla 8; si desea
volver a escuchar el menú marque la tecla 9; si pese a todo sigue en
la línea espere a ver si alguno de nuestros ejecutivos está
disponible....Le recordamos que usted es muy importante para nuestra
empresa por lo que le rogamos esperar en la línea....por el momento
ninguno de nuestros ejecutivos está disponible...le recordamos que
usted es muy importante para nuestra empresa por lo que le
rogamos...” Usted al borde de un ataque de nervios escucha
impacientemente la grabación hasta que finalmente un tono anuncia el
cambio de grabación...”Le recordamos que para darle un mejor
servicio está llamada será grabada para efectos de calidad en el
servicio...clic...clac...clic: Buenas noches le atiende Sbstn Jimz,
le recordamos que en cualquier momento usted podrá conocer nuestro
aviso de privacidad y que nunca le pediremos sus claves, contraseñas
o datos personales salvo cuando se realice por primera vez los
trámites, en que puedo servirle, ¿Cómo se encuentra hoy?” - Me
encontraba bien, responde usted mohíno, hasta antes de tratar de
registrar con ustedes mi computadora para el servicio por internet,
me puede repetir su nombre por favor- “Sebsan Jmen”, -¿Es un
nombre polaco, pegunta usted aturdido? ¿Me lo podría deletrear por
favor?- . A usted alguien le ha recomendado que memorice o escriba el
nombre de quien la atiende luego de treinta y tantas veces tentativas
frustradas de servicios bancarios por teléfono. Denotando fastidio,
pereza y hastío, como un pavo real que se aburre de luz en la tarde,
la voz telefónica farfulla “S-e-b-a-s-t-i-á-n J-i-m-é-n-e-z,
¿cuál es su nombre?” Usted ve la espléndida oportunidad de
vengarse y dice rápidamente “Budzislaw Swietomierz pero me dicen
Pepe”, a la voz mohína no le hace ninguna gracia, y le reprocha su
actitud “Sr. Pepe estamos servirle, me permito recordarle que en
cualquier momento puede usted consultar su aviso de privacidad y que
en ningún momento su Banco Amistoso le solicitará sus claves,
contraseñas o datos personales, salvo cuando se proceda a registrar,
le atiende Sbstn Jmnez, ¿Cómo se encuentra hoy?” Usted
está a punto se sacudirle el árbol genealógico del señor Jiménez
juntamente con todos los árboles de los empleados, gerentes,
accionistas, y demás barilla incluidos los árboles de navidad que
adornan todas las sucursales. Se reprime y haciendo acopio de las
últimas lecciones de urbanidad que recibiera en el Colegio de Paga
del Padre Mejo, se dispone a expresar de la manera mas atenta sus
necesidades de registro de la cuenta, cuando una musiquilla de
supermercado interrumpe la comunicación...”Su Banco Amistoso le
recuerda su horario de atención en línea, de lunes a viernes de 8
de la mañana a 8 de la noche. Muchas gracias por su comprensión,
todo es sólo para darle un mejor servicio...”. Usted consulta su
reloj que marca ominosamente las ocho de la noche con un minuto...
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