SEMBRANDO MUERTE


 

La 4T ha mostrado tener muy poco sentido del humor y el poco que tiene ha resultado ser bastante macabro y en algunos casos más que macabro, macabrón, como cuando el guasón de Macuspana afirmó que la pandemia le había caído a su régimen como anillo al dedo. O como cuando afirmó que mientras se mantuviera el pueblo en la pobreza resultaba más fácil de manejar. Esa linea ha sido seguida por la regente que para más INRI, tiene menos gracia que una tortuga en el alambre o que un discurso del dotor chichimeca, engolando la voz y simulando ser un académico, me refiero al jefe de la pandilla Monreal. Escuchar al Mesías Tropical afirmar que la violencia es inversamente proporcional al número de homicidios es casi tan chusco como oír a la Centísica sostener que aunque el número de homicidios crece la tendencia es a la baja, aplicando un principio físico irrebatible: todo lo que sube eventualmente tendrá que bajar.

En México ya nos conocemos estas tomaduras de pelo. Desde los otros datos del anterior, hasta las encuestas a mano alzada, pasando por los conteos fantasmas como el de la Señora Piedra en el Congreso, hasta la afirmación de la Calca de que Dos Bocas ya estaba produciendo al 80% de su capacidad, tan sólo para que al día siguiente el director de PEMEX precisara que se refería a las pruebas que estaban a punto de alcanzar el 80%. Como carezco de sensibilidad para apreciar este tipo de humor, no sólo no me hace gracia, sino que me idigna, porque pienso que la presdidente nos está tomando el pelo a los mexicanos irresponsablemente, a partir de la lamentable ignorancia generalizada de nuestro pueblo, su analfabetismo funcional y su paupérrimo espíritu crítico, ahora reforzado por las redes sociales que convierte en un Demóstenes a cualquier tartamudo y en un Voltaire a cualquier tartufo.

Soltar de su ronco pecho todos los días no tiene más consecuencias que poner a trabajar horas extras a las granjas de boots oficiales para enmendar los entuertos, o darles la vuelta de la cieguita, para que termine diciendo lo contrario de lo que dijo o matizarlo para que resulte menos tajante, violento o falaz de lo que en realidad es.

Pero una cosa es Juan Domínguez y otra muy diferente el hermano de Don Belisario, héroe civico digno de todo respeto y admiración. El titiritero tuvo el recato de estar más o menos conciente de sus limitaciones y decidió “taparse” para decirlo en términos taurinos, en los foros internacionales, porque no es lo mismo bombas atómicas que chinampinas y no es lo mismo Lula da Silva que la muñeca de López Obrador. Las limitaciones políticas, su imágen debilitada por su falta de definición contra las dictaduras obvias, su herencia de enfrentamientos con Ecuador, Perú, Argentina, Bolivia y sus simpatías para los grupos autocráticos con lo que parece tener más puntos de semejanza que la mera simpatía, la coloca en un papel debilitado frente a lo que fue la posición exterior de México. El paradigma, modelo y avatar de AMLO, Echeverría jugó un papel importante en el panorama de las naciones y la ONU aprobó la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados, pero ha llovido mucho y Echeverría ha pasado a la historia como un represor convicto juzgado por tribunales de Derechos Humanos y el de Macuspana terminó sin prestigio, ascendencia ni reconocimiento en Iberoamérica.

La propuesta de reforestar planteada por la presidente mexicana es de una obviedad prístina, nadie puede estar en contra. Plantearla en un país que en el gobierno anterior propició una fuerte deforestación en la cuenca más importante para la regeneración del oxígeno como es la Amazonía, es otra cosa. Tomar como referencia el gasto armamentista resulta por lo menos muy poco científico, habida cuenta de que los gastos de cada país difieren enormemente. No es posible comparar los gastos militares de Corea del Norte, con los de Costa Rica, ni las necesidades de reforestación del estado de Michoacán con las del nudo del Darién.

Pero lo que si es verdaderamente el colmo es pretender ir a vender hoyos en tierra de tuzas. ¿Alguien de los jefes de estado del G20, aún el alzheimérico Joe Biden, podrá creer la disminución de la violencia en nuestra triste, acongojada y sangrada patria? Aún los supuestos beneficiados como nuestros hermanos guatemaltecos creerán la siembra de vida, cuando diario reciben mexicanos refugiados que huyen de la violencia de los carteles. Hay un viejo refrán español que dice que la mentira tiene patas cortas, y al mentiroso más le vale tener buena memoria. No es lo mismo comer que aventarse con los platos y no es lo mismo hablar en las mañaneras de segunda, con un puñado de periodiqueros maiceados que hablar ante las chuchas cuereras de la política mundial.


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