CERRAR LA FRONTERA VS. CERRAR LA BOCA
“¿Será
capaz Trump de cerrar la frontera? Claro que sí, de lo único que no
es capaz es de cerrar la boca.”
(anónimo, atribuido a jemj)
(Comisión
reguladora de energía. Autócrata habemus.- Por si alguna duda
quedara de la abyección de los representanes morenistas, del
autoritarismo presidencial y del poco o nulo respeto que López
Obrador tiene por las instituciones, ayer se dio una muestra mas al
aprobar el Senado por aplastante mayoría la propuesta presidencial
con once de los doce previamente rechazados para integrar la Comisión
Reguladora de Energía. La chairada morenista “recapacitó” y
apobó la propuesta presidencial. Los candidatos se portaron a la
altura de la propuesta: majaderos, prepotentes e irrespetuosos. Al
fin el voto que contaba (el de AMLO, ya lo tenían.)
El
presidente Donald Trump volvió a amenazar con cerrar la frontera al
considerar que México no está cumpliendo su compromiso de impedir
el paso de los migrantes, por una parte y por otra las innegables
oleadas de migrantes centroamericanos, en su mayoría, que ven a
EE.UU. como su puerto de salvación. El sueño americano sigue siendo
el sueño de una buena parte de los migrantes del mundo. Muchos de
los que ahora cruzan por nuestro país han llegado de Europa o de
África, muchos mas de las Antillas, menos de sudamérica, y los mas
de centroamérica, particularmente de Honduras. México solo es una
etapa en su camino, su destino es EE.UU..
Las
migraciones han acompañado a la humanidad desde su inicio, por
cierto no se si los Homo Sapiens Sapiens tendríamos que pedir perdón
a los Cromagnones porque prácticamente los extinguimos aunque algo
de sus cromosomas nos quedó, desde su origen en el Paraíso Terrenal
de Mesopotamia, o en el centro norte de África el Homo Sapiens migró
arrasando de paso a los otros homínidos que quedaron varados y
finalmente extintos en el camino de la evolución. Se extendió al
resto del mundo en sucesivas migraciones. América fue poblada por
migraciones de quienes llegaron por el estrecho de Bering y otros mas
por las aleutianas, para posesionarse de unas tierras sin título de
propiedad, pero que ahora reivindican los políticos morenistas (lo
que hace la mano, hace la tras) para los “pueblos originarios”.
Entiéndanse por pueblos originarios los que entregaron el bastón de
mando al presidente Luis Echeverría (¿se acuerdan?), montaje que
repitió el presidente López Obrador. Hay tantas similitudes (¿serán
coincidencias?) entre palabras, actitudes y comportamientos que estoy
empezando a creer que podrá predecirse el futuro de López Obrador y
de México, repasando lo que hizo Echeverría, a quien José Fuentes
Mares en su sabrosa Nueva
Guía de Descarriados, calificó
como: Un
político locuaz, activísimo, mesiánico y tarado.
Los toltecas recorrieron casi todo el actual territorio nacional
desde el norte hasta el sureste, provocando lo que Christian Duverger
llama el primer mestizaje. Los aztecas migraron desde la mítica
Aztlán hasta el maravilloso valle de México, al que sus
descendientes ya casi terminan de pavimentar, convirtiendo lo que era
un paraje en un páramo.
El
siglo XXI está llamado a ser el siglo de las migraciones. Los
problemas económicos, políticos, raciales, religiosos, y desde
luego también las tasas diferentes de crecimiento poblacional
ocasionan que poblaciones enteras tengan que dejar, con todo lo que
ello implica, su “sitio” para trasladarse literalmente
arriesgando su vida en busca de mejores condiciones de supervivencia
para sus familias. Europa, por otro lado, tiene gravísimos problemas
poblacionales, prácticamente la tasa de crecimiento de la mayoría
de los países se encuentra por debajo del 2.11 que entiendo es la
necesaria para mantener el número de pobladores. Por debajo de ese
índice, la población empieza a decrecer y se tiene que echar mano
de los migrantes para mantener una tasa de crecimiento que permita
sostener a su cada vez mas vieja población que termina siendo una
carga para los mas jóvenes. Así está pasando en Alemania, en
España, en Francia, con los consabidos problemas de adaptación, de
unos y de otros.
Estados
Unidos ha sido desde sus orígenes un país de migrantes, y si bien
las trece colonias originales tenían muchas afinidades que les
permitieron lograr un pacto federal que fue el arranque de su gran
desarrollo, con posterioridad recibieron grupos de migrantes que para
su fortuna, han logrado conjuntarse y compartir si no una
“nacionalidad”, si al menos una ideología como los policías y
líderes del mundo. Sin embargo la modernización, automatización,
robotización, etc., de sus sistemas de producción han desplazado la
mano de obra, incluso en muchas explotaciones agrícolas en donde
eran útiles los braceros del sur. Una gran parte de los ciudadanos
norteamericanos, incluso los de origen mexicano, ven con malos ojos
las oleadas de migrantes que significan una competencia desleal para
el desempeño de trabajos, un riesgo para la seguridad, y una
población flotante a la que, sin embargo, hay que procurar
alojamiento, servicios médicos y asistenciales.
No
olvidemos que Trump está en campaña y que gran número de sus
partidarios lo forman ciudadanos americanos que ven en los migrantes
riesgo y peligro. Los acuerdos tenidos con México para que nuestro
país fuera tercer país de destino alterno, lo que implicaba recibir
apoyo de EE.UU. para ofrecer programas de empleo temporal a los
migrantes centroamericanos no han surtido los efectos esperados. La
mira es EE.UU. y no se conformarán con la zanahoria de permisos de
permanencia en nuestro país, o la oferta de trabajos, cuando la
realidad es hacinamiento, mal trato, marginación y tiempo de espera
para la deportación.
Lamentablemente
no hay mucho que hacer. Trump, ya se ve, es capaz de cualquier cosa,
quizás hasta de una buena acción, pero no será esta vez.
(Aumentos
en movilidad.- La nueva ley de movilidad, o seáse la misma gata
revolcada. Desde que me acuerdo es el cuento de nunca acabar, ora si
se van a portar bien, ora si va a mejorar el servicio, ¡ora! ¡ora!
Y que Dios te agarre confesado. Un consejo dioquis para reducir las
tarifas de taxi. Que los concesionarios trabajen sus taxis. Que
desaparezcan los administradores de concesiones y con ellos los
rentistas. Si de un coche tiene que pagarse su precio, su
mantenimiento, el chofer, la renta y la administración, obviamente
las tarifas no alcanzan para satisfacer a todos. Y los taxis los
tienen políticos, maestros, toreros, ex-funcionarios, etc., pero no
taxistas.)
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