DIA DE LA RAZA, DEL DESCUBRIMIENTO O DEL AVASALLAMIENTO, ¡AH! Y DEL NOTARIO
(GAUDIAMUS.-
Dos nuevas librerías en la ciudad, que no bibliotecas para no
confundir al pobre presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara
de Diputados Federal. La del Fondo de Cultura Económica, en el Patio
Posada obra de Víctor Zamarripa, en la que además se rinde un
merecido y retardado homenaje a la poetisa Dolores Huerta (a ver si
le atiné, las jueces quieren ser juezas, supongo que las poetas
querrán ser poetisas). Enhorabuena al Gobierno del Estado. La otra
librería estará en la avenida Madero a la entrada del 5° Patio,
esperaremos a ver cual será su vocación.)
El
próximo jueves 12 se conmemorará un aniversario mas del
Descubrimiento de América. Sin duda los lectores perspicaces, que
alguno quedará, señalarán con dedo flamígero el olvido
intencional, que entonces no será olvido, de aludir a la otra
denominación con la que el historiador Edmundo O’Gorman quiso
sanjar la disputa entre los penínsulares redivivios y los aborígenes
trasnochados: “El encuentro de dos mundos”, ¡ni mangos!, solo el
que busca encuentra, el otro quitado de la pena ni en el mundo hacía
a los enlatados, barbados y apestosos europeos montados en bestias
impresionantes por lo grandes, por lo fuertes y por lo adiestradas,
cuando de buenas a primeras irrumpieron en su mundo, ahora
idealizado, y les rompieron, además de su progenitora, un sistema
esclavista, con grandes imperios que se repartían buenas porciones
del Nuevo Mundo.
Para
bien o para mal, el descubrimiento nos incorporó al mundo occidental
y nos contaminó de sus virtudes y sus vicios, de sus bondades y
maldades, de sus enfermedades y sus medicinas, de sus creencias y sus
aspiraciones. Apenas medio siglo después de que Colón tocara
tierras americanas, ya funcionaban, pendientes algunos formalismos,
tres universidades: la de San Salvador, la de Perú y la de México.
El primer impresor Esteban Martín llegó a México en 1529, pero la
imprenta llegó en 1934 con Juan Pablos y Johan Cromberger. Pronto
repartíría sus impresos doctrinarios, pero sembrada en esta tierra,
no tardaría mucho tiempo en ser también, fuente de inquietudes,
protestas, manifiestos, panfletos, diatribas y dispersora de todo el
pensamiento humano. Las instituciones jurídicas daban cuenta de un
ánimo de legalidad que impregnaba la vida cortesana y los primeros
albores del renacimiento, llegaron con el trivium y el quadrivium que
se enseñaban en los claustros religiosos y escolares.
Merece
la pena insistir, que México y el Perú, también Brasil, tuvieron
una dignidad diferente, muy diferente de las colonias que las
potencias europeas tenían en el África o Asia, para efectos
políticos y jurídicos, no fuimos una colonia, sociológicamente no
hay duda de una colonización, pero tuvimos la dignidad de ser un
Virreinato, con sus propias instituciones, con su propia legislación,
incluso muchas disposiciones proteccionistas en las Leyes de Indias y
la vigencia de un ordenamiento avanzado para su tiempo, como lo fue
el Fuero Juzgo. La institución de la figura del Amparo Virreinal que
protegía con efectos similares de suspensión de los actos ilegales,
a los habitantes de la Nueva España, contra las arbitrariedades de
las autoridades, a través de la Real Audiencia que tenía la
autoridad y respresentación reales.
Seguramente
habrá muchas personas que con razón señalarán excesos,
atrocidades quizás, de los conquistadores, incluso de una
institución tan noble en principio como la “Encomienda”, que
tenía la finalidad originaria de dar un tutor a un grupo indígena,
para que los representara, los protegiera, los orientara, los
cristianizara y los dejará en libertad de crecer y desarrollarse,
una especie de “operación abeja”, que tan buen resultado dió en
el gobierno del Profr. J. Refugio Esparza Reyes, pero pensemos,
fríamente, que la independencia se consumó en 1821, hace casi 200
años y las condiciones de los indígenas en la actualidad no han
mejorado gran cosa. Pensemos si nos abruma también la corrupción de
las gabelas y alcabalas, la venta de prebendas y funciones públicas,
las alcaldías y los fueros, que ya desde los Borbón en la segunda
mitad del siglo XIX se pretendió meter en cintura a muchos
funcionarios y al clero regular y secular, una de las causas que dió
lugar al movimiento de independencia, y pensemos que, mas de
doscientos años después apenas estamos tratando de arrancar un
sistema anticorrupción.
Las
creencias son muy difíciles de modificar, hay quienes se siguen
sintiendo aztecas derrotados y quienes se siguen creyendo europeos
triunfadores. El mestizaje ha sido una realidad que marca sin duda,
como decía el anuncio, de Sonora a Yucatán, la idiosincrasia del
pueblo mexicano. Muchos no lo querrán ver, muchos practican
caricaturas de los rituales mágicos ancestrales, se pintan, danzan,
gritan y se desgarran las vestiudara inventándose una tradición
inexistente. Muchos abjurarán de una lengua con la que se comunican,
piensan, rezan, aman y odian. Muchos renergarán de lo irrenegable.
Lo decía el maestro zen “la hierba crece aunque la maldigamos, la
flor se marchita aunque la bendigamos”.
Hace
unos años, aquí en Aguascalientes, en una conferencia del Pbro.
Jesús Rojo de la Vega, historiador, nos comentó que al presentar en
España su tesis sobre el maltrato de los españoles a los indios, un
viejo maestro hispano le dijo: “Es innegable que hubo maltrato,
pero los que maltrataron a sus abuelos indios fueron sus abuelos
españoles, los míos se quedaron acá”.
Lo
segundo que hizo Cristobal Colón al desembarcar en Guananí fue
pedirle al escribano de la flota, Rodrigo de Escobedo, el levantar el
acta del descubrimiento. ¡La primera acta notarial en América!, por
eso los notarios celebramos también el 12 de octubre a la función
notarial.
(CAVE
CANEM.- La plaga de las bicicletas se ha desatado incontrolada
(nótese que digo incontrolada no incontrolable), sin placas, sin
equipo, sin señales, circulan en sentido contrario no sólo por las
calles sino también por las banquetas, suben a las plazas públicas,
arrasan los jardínes, con un aire de suficiencia, potestad y
adulterio, que los pobres peatones, especialmente los de la tercera
edad, como mi menda, nos encomendamos a la cofradía Pedal y Fibra,
encendemos una veladora a Santa Vírula, y nos acogemos a la potestad
de la Presidente Municipal (alcalde o alcaldesa no existen) para que
instruya a sus esbirros que hagan respetar los reglamentos).
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