DE LA ESCUELA RUPESTRE A LA TRANSCULTURIZACIÓN
El
pasado miércoles se celebró en esta ciudad el Foro por un Acuerdo
Nacional sobre la Educación, convocado, a instancia del gobierno
electo, por la UAA y la ANUIES. Este es un extracto de la ponencia
que presenté.
La
cuestión educativa reviste una grave
complejidad
porque tiene que vérselas con dos entidades de suyo complejas: el
hombre y el mundo, estos foros sin duda serán crisol de inquietudes,
de esperanzas, de reproches, de deseos, de ilusiones, de
reivindicaciones y seguramente de conclusiones prácticas.
Después
de sesudas, (así lo sentí), cavilaciones, llegué a un diagnóstico
que expreso en términos llanos: La mal llamada reforma educativa
consistió en “poner la carreta delante de los bueyes”, hizo
énfasis en la evaluación antes de enfocarse en la capacitación. Me
parece que las propuestas del gobierno electo apuntan en el sentido
de que “con estos bueyes hay que arar”, partir de lo bueno que
tenemos y mejorarlo, para ello estamos aquí.
Paulo
Freire, si no descubrió, si distinguió plenamente dos vertientes de
aproximación. Una, de naturaleza o expresión política en el
sentido surgido de Aristóteles, y otra de carácter técnico. La
primera comprende las formas, procesos e interacciones que una
comunidad propone o reconoce para que a traves de entidades
organizadas formalmente se transmitan los conocimientos,
comportamientos y valores que se consideran indispensables para la
incorporación del individuo a la vida comunitaria. La segunda, de
carácter técnico se plantea cuáles son los contenidos que habrán
de transmitirse y la metodología y la técnica mas apropiada para su
transmisión por los docentes y recepción y asimilación por los
discentes. Mas o menos en el tenor de la Didáctica Magna de Juan
Amos Comenio. Solo que la velocidad de producción del conocimiento
hace que para cuando un alumno termine el período de instrucción
básica el conocimiento ya se habra duplicado varias veces.
En
su libro “La Edad de las Máquinas Espirituales” Ray
Kurzweil
se
refiere a los cambios de paradigma, hasta el año mil de nuestra era
los cambios de paradigmas tardaron miles de años. A partir del año
mil se requirieron100 años para cada cambio de paradigma. En el
siglo 19 hubo más cambios de paradigmas que en los 900 años previos
y en los primeros 20 años del siglo 20 hubo más cambios que en todo
el siglo 19. Kurzweil calcula que durante el siglo 20 hubo cambios de
paradigmas cada 10 años en promedio y que en el 21, el cambio será
mil veces más acelerado que en el siglo anterior. Se calcula que la
velocidad de duplicación del conocimiento es ahora de 1 a 2 años.
Este
texto soslaya la primera avenida y se propone aportar algunas
reflexiones para la segunda. La sociedad es un sistema complejo en el
que se interrelacionan seres complejos por lo tanto es también
complejo el resultado de una política educativa.
Ezequiel
A. Chávez, el gran educador casi olvidado en Aguascalientes,
precursor de la la práctica y la enseñanza de la psicología en su
Ensayo de Psicología de la Adolescencia señalaba (que los
educandos) unidos al cabo con sus educadores, se encaminen a la
realización del fin último de todo esfuerzo educativo bien
orientado y aporten, en consecuencia, su concurso, para organizar la
armonía que urge imponer a las antagónicas fuerzas entre las cuales
se divide el mundo; no sólo a fin de evitar que éste llegue a
desplazarse, como tantos ilustres pensadores lo temen, sino, con el
rehacer de la cultura, restituir la posibilidad de que todos los
pueblos, y especialmente México progresen. Esencia de su llamada
Psicología de la Reconciliación. Suenan tan actuales sus palabras.
Chávez
planteaba también su idea de la Escuela Rupestre, una escuela que se
limitase a dotar de instrumentos básicos para que el alumno por sí
mismo ampliase y desarrollase su aprendizaje, sus conocimientos, y su
cultura. Saber leer y escribir, saber hacer cuentas, conocimientos de
higiene, formación cívica integral, y dos o tres mas saberes
necesarios para instalarse en el mundo. Yo utilizo concientemente el
concepto Orteguiano de instalación.
Edgar
Morin, precursor del estudio
del pensamiento
complejo, la multiversidad, la transcuturización, entre otras
aportaciones, señala: Hay siete saberes «fundamentales » que la
educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en
cualquier cultura:
I
: Las cegueras del conocimiento : el error y la ilusión. Es muy
diciente el hecho de que la educación, que es la que tiende a
comunicar los conocimientos, permanezca ciega ante lo que es el
conocimiento humano, sus disposiciones, sus imperfecciones, sus
dificultades, sus tendencias tanto al error como a la ilusión y no
se preocupe en absoluto por hacer conocer lo que es conocer. El
conocimiento del conocimiento debe aparecer corno una necesidad
primera que serviría de preparación para afrontar riesgos
permanentes de error y de ilusión que no cesan de parasitar la mente
humana.
II
: Los principios de un conocimiento pertinente. Existe un problema
capital, aún desconocido, que es el de la necesidad de promover un
conocimiento capaz de abordar los problemas globales y fundamentales
para inscribir allí los conocimientos parciales y locales.
III
: Enseñar la condición humana. El ser humano es a la vez físico,
biológico, síquico, cultural, social, histórico. Es esta unidad
compleja de la naturaleza humana, la que está completamente
desintegrada en la educación actual a través de las disciplinas y
que imposibilita aprender lo que significa ser humano.
IV
: Enseñar la identidad terrenal. En lo sucesivo, el destino
planetario del género humano será otra realidad fundamental
ignorada hasta ahora por la educación.
V
: Enfrentar las incertidumbres; Las ciencias nos han hecho adquirir
muchas certezas, pero de la misma manera nos han revelado, en el
siglo XX, innumerables campos de incertidumbre. La educación debería
comprender la enseñanza de las incertidumbres que han aparecido en
las ciencias físicas (microfísica, termodinámica, cosmología), en
las ciencias de la evolución biológica y en las ciencias
históricas.
VI
: Enseñar la comprensíón. La comprensión es al mismo tiempo medio
y fin de la comunicación humana. Ahora bien, la educación para la
comprensión está ausente de nuestras enseñanzas. El planeta
necesita comprensiones mutuas en todos los sentidos.
VII
: La ética del género humano. La educación debe conducir a una «
antropo-ética » considerado el carácter ternario de la condición
humana, que es el de ser a la vez individuo + sociedad + especie.
Si
recreando a Emmanuel Kant el hombre es un “autofin” la educación
habría de dar los instrumentos para que cada quien llegase a ser en
acto, (imprescindible Aristóteles), lo que es en potencia.
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