Francisco Tenamaztle y los Derechos Humanos


 

Ayer o antier en Guadalajara el presidente municipal que, como la mayoría de los políticos está al acecho de oportunidades para autopromoverse con cualquier pretexto, encontró uno muy bueno con la colaboración de la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco, hacer un homenaje a Francisco Tenamaztle, líder chichimeca que encabezó una rebelión que tuvo su punto más cálido en la llamada Guerra del Mixtón y el más álgido cuando el rebelde desapareció en Castilla luego de ser oído por autoridades reales y nadie al parecer, se preocupó por buscarlo.

El salón de juntas de la Comisión jalisciense lleva el nombre de Francisco Tenamaztle, de manera que promover su reconocimiento público es congruente con él que en sus instalaciones le rendía, aunque la instalación de la escultura del cacique indígena en el centro de Guadalajara sólo es un reacomodo. La estatua se encontraba en el barrio de San Sebastián de Analco y se reubicó en la Plaza Fundadores, de manera que el presidente municipal quedó bien y poco gastado, aunque ahora la gente del rumbo de Analco piden que les hagan otra estatua (presumiblemente que no sea tan fea como la que se llevaron).

A los presidentes municipales, ¿o será que a todos los presidentes?, les da por ser mentirosos, el de Guadalajara dijo, entre otras cosas, en su discurso: “...después de varias victorias la rebelión fue sofocada con la masacre de 1542, tras intentos de conciliar con los conquistadores, Tenamaxtli decidió entregarse a los frailes Franciscanos y fue a dar a España, donde cambió la fuerza de las flechas por las palabras. Expuso ante el emperador las bondades, abusos y excesos…” , aunque la rebelión no terminó, siguió con la llamada Guerra Chichimeca hasta la “compra de la paz” en 1791, cfr. Philip Wayne Powell, Soldiers, Indians, & Silver: The Northward Advance of New Spain, no “decidió entregarse” le ofrecieron una amnistía engañosa, se acogió al Consejo de Indias que inició un proceso formal y aparentemente legal, pero por la intervención del Virrey Luis de Velasco, que lo había combatido personalmente en el Mixtón junto con Cristóbal de Oñate y el “diablo rojo” Pedro de Alvarado, fue llevado desde San Juan de Úlua a Castilla en donde defendió su causa ante autoridades reales, nunca ante el Emperador. La última noticia de Tenamaztle nos la da el Padre Las Casas y no se vuelve a saber de él.

Los mexicanos somos dados a la hipérbole, sin duda Francisco Tenamaztle y su hermano Diego, son dos personajes que sin menoscabo de Cuauhtémoc podrían haber sido considerados a la “altura del arte”, López Velarde dixit. Hijos de un principal del señorío de Nochistán y encomendados al capitán Miguel de Ibarra, fueron llevados al Colegio de Santiago Tlaltelolco para ser catequizados, bautizados y culturizados, a semejanza de la “guerra florida” de los mexicas. Al regresar a su encomienda buscaron la unidad de los cuatro grandes tlatoanis chichimecas, ellos eran zacatecos según el cronista Fray Antonio Tello, y lograron soliviantar a un buen número de indígenas, especialmente caxcanes y zacatecos y rebelarse contra el conquistador.

Lograron triunfos importantes en Juchipila, Teocaltiche, Nochistlán, Etzatlán y Tecuila y derrotar al ejército de Cristóbal de Oñate. Crecidos se arrojaron sobre Guadalajara donde gracias a una estratagema con su caballería De Oñate los hizo huir. En 1541 el virrey Don Luis de Velasco, con Nuño de Guzmán, Cristobal de Oñate y el “diablo rojo” Pedro de Alvarado que había hecho venir desde su Capitanía General en Guatemala, se reunió en el pueblo de Temacapulín, ahora a punto de ser inundado por el capricho de Vicente Fox, la presa El Zapotillo, para planear el asalto al cerro del Mixtón donde se habían hecho fuertes a mas de Tenamaztle, Coringa de Tlaxicoringa, Petlácatl de Xalpa, Xiuhtecutli y Tencuítlatl de Xuchipila, don Diego de los zacatecos y los caxcanes de Nochistlán, con un ejército formado en gran parte de aliados indígenas: tlaxcaltecas, huejotzincas, cuauhquechultecas, mexicas, xilotepecas, acolhuas, chalcas y purépechas.

En el ataque se despeño Pedro de Alvarado y su caballo cayó sobre él, presumiblemente sufriendo un estallamiento de vísceras. Fue llevado en andas a Nochistlán donde luego de haberse confesado, falleció. El asedio continúo finalizando con la derrota total de los chichimecas y la huida de Tenamaztle, quien se refugió en los alrededores de Montesa, Zacatecas, en donde permaneció en una especie de pequeña guerra de guerrillas, asaltando a las conductas que transitaban por el Camino Real de Tierra Adentro, el camino de la Plata.

Cerca de nueve años permaneció en tierras de Montesa, hasta que convencido por los frailes franciscanos aceptó una amnistía que nunca se cumplió. Encarcelado, despertó el interés del Padre Bartolomé de las Casas quien tomó su defensa ante el Consejo de Indias. El documento "Lo que suplica don Francisco y relación que hace de agravios" presentado ante el rey Carlos I y ante el Consejo, sin duda fue elaborado por el Padre de las Casas y es un alegato que bien puede considerarse precursor de la Defensa de los Derechos Humanos.


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